Crónica


Arte colectivo


El espíritu creativo no descansa nunca, es “ciego” a cualquier bolsillo, necio a los ambientes más elegantes, a los grandes y coquetos circuitos de arte oficial, que aunque condicionen a los intelectuales de alta alcurnia, no dejan de ser algo rígido y estático.

Este espíritu está en todas partes, es omnipresente. Tan solo basta con saber percibirlo.
Su búsqueda puede llevar a las almas más curiosas a recorrer los diversos movimientos culturales, a inspeccionarlos, diseccionarlos, a lo largo de la ciudad y sus alrededores.
Corazones de Bully (muestra de artistas abusivos) es un colectivo de artistas platenses que a partir del lema “actitud bully”, iniciaron una muestra que integra la literatura, la música y las intervenciones visuales como la pintura y los dibujos.

Así, distintas disciplinas confluyen y se concilian en una especie de arte nerd: Arte Bully implica un tipo de violencia intelectual, motivada por el aburrimiento, el hastío, el enojo, la marginalidad, el humor, la ironía, la dejadez, la resignación, la falta de lugares de convención, la falta de aceptación, la propia timidez”.
“El concepto tras Bullys el que es algo tierno como el corazón de un matón”, confiesa uno de
los mentores de esta usina creativa con epicentro en La Plata y ramificaciones en San Telmo y Palermo. Por allí pasaron Julia Dron, Antolin, Javi Punga, Gastón Olmos, Fabián Casas, Felipe Saez, Daniel Durand, Guillermo Ruiz Díaz, Vilma Watkins, Alejandro Jorge, María Lucesole, 107 Faunos, Utopians, Minicomponente, Como siempre, Los 

Reyes del falsete, Negro 
Moreno y Good Time for Dynacom, entre otros.

El sábado 15 de noviembre en el Centro Cultural Olga Vasquez se realizó la última Bully, bajo la consigna, “La campaña de los mil dibujos”, los cuales empapelaron gran parte del espacio intervenido y que si bien no llegaron a los mil, sumaron alrededor de 800 trabajos mientras se presentaban Niño Elefante, Javi
Punga, Antolin,Reno y los castores cósmicos, Saturno, Capitán Fok, las lecturas de Daniel Durand y un dj set de Negro Moreno.
Un detalle: tras el final del ciclo, muchos dibujos “desaparecieron” como por arte de magia. Probablemente el autor anónimo esté feliz con su tesoro y como le comentó uno de los organizadores a esta humilde pluma: “Esta bueno robar arte, significa que el arte está bueno como para correr ese riesgo”. Y tan errado no está.

Por Yanina Fuggetta
Fotos: Griselda Grenón Zubiarre.

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