Y se terminó el verano nomás. Y junto con los primeros días fresquitos celebramos la reactivación del año lectivo cinéfilo. Porque en verano los ciclos copados se cuentan con los dedos de una mano, pero a partir de marzo las agendas se reactivan y no nos dan los tiempos ni los ojos para ver todo lo que hay.
Cerramos marzo con el ciclo de Berlanga en la Sala Lugones del Teatro San Martín (acuérdense que hasta el 3 de abril hay proyecciones, ver info en la columna anterior) y empezamos el nuevo mes con una nueva retrospectiva.
Todos los domingos de abril a las 18 hs la Casa Nacional del Bicentenario (Riobamba 985) proyectará de forma libre y gratuita cuatro films de dos de los directores fetiches de quien les escribe: Mariano Cohn y Gastón Duprat.
Son nuestros, bien argentinos como sus películas. Son jóvenes pero tienen una trayectoria amplísima que abarca films, videos experimentales y formatos televisivos (son los padres de productos como Televisión Abierta (1999), los Cuentos de Terror (2003) que relataba el mismísimo Alberto Laiseca y de Cupido (2001), aquel formato novedoso que llegaba desde la pantalla de Much Music y que les sumo tanto fanáticos como detractores).
Los queremos, los admiramos y no vamos a disimularlo. Les vamos a contar un poquito de que va cada una de las pelis y como siempre le vamos a agregar nuestro aporte a partir de la experiencia de haber visto cada una de ellas.
La primera proyección del domingo 8 de abril corresponde a “Enciclopedia” (2000). Esta obra emblemática del documental experimental muestra un catálogo muy singular de personas, usos y costumbres argentinas retratadas con un incisivo punto de vista. Utilizando la estructura de una enciclopedia a partir de escenas no conectadas entre sí, esta película nos muestra una suerte de radiografía de la sociedad (especialmente la de los finales de los años 90´) a la vez que pone en duda el significado aparente de las cosas, y nos acerca -con humor e ironía- a una singular idea del mundo moderno.
No puedo agregarles info extra porque es lo único de los Cohn-Duprat que me resta por ver, pero teniendo en cuenta que se trata nada menos que del primer largo de esta dupla y conociendo sus antecedentes como retratadores de vida de la gente común no creo que se necesiten más justificativos para ver de qué se trata.
La segunda proyección, correspondiente al domingo 15 de abril, será la oportunidad de “El artista” (2008). Jorge (Sergio Pángaro, el último dandy argentino), es el enfermero de una clínica neuropsiquiátrica que hace pasar como suyos los dibujos y pinturas de uno de sus pacientes (el gran Alberto Laiseca) y se convierte en el artista plástico del momento. Se muestra con ironía los entretelones del mundo del arte contemporáneo y el snobismo parodiando los discursos vacíos y sus trivialidades. Coinciden en este film los debut actorales de Pángaro y Laiseca. Además veremos desfilar personalidades como las del escritor Rodolfo Fogwill, el sociólogo Horacio González y el artista plástico León Ferrari.
Aquí, como en los siguientes largos ficcionales, la dupla Cohn-Duprat se convierte en trío porque encontramos detrás del excelente guión las manos de Andrés Duprat, hermano de Gastón. Casualmente (¿casualmente?) Andrés es curador de arte y quizás eso sea lo más interesante, una crítica al mundo del arte desde sus adentros.
El protagonista del filme se pregunta: “Si yo expongo un teléfono en una galería de arte, es arte?”. Yo les pregunto lo mismo a ustedes, y créanme que no habrá dos respuestas iguales.
El domingo 23 de abril se proyectará “El hombre de al lado” (2010). Leonardo, diseñador industrial, famoso, políglota, snob y soberbio, vive con su mujer y su hija preadolescente en una casa famosa por haber sido diseñada por Le Corbusier. A la casa de al lado se muda Víctor, vendedor de autos usados, rústico, prepotente, vulgar. Éste decide hacer una ventana para tener más luz en la pared medianera y ahí empieza el problema, cada uno toma conciencia de la existencia del otro. La mirada del extraño corroe, pone en entredicho una vida aparentemente normal y abre la puerta a los miedos, a las miserias y a las actitudes más viles.
Este film, al igual que “El artista”, es una crítica a la burguesía intelectual contemporánea. Se ríe -y nos reímos junto a él- del protagonista y sus amistades snobs, de sus estilos de vida y sus frivolidades. Pero cuando estamos por empezar a reírnos con ruido sin que nos importe lo mal que nos pueda mirar el que tenemos sentado en la butaca de al lado el final nos roba el aliento y nos quedamos con esa sensación de que aquello que nos hacía tanta gracia nos convirtió repentinamente en cómplices. ¿Y no lo somos acaso?
La película cuenta con excelentes actuaciones, obviamente se lucen los protagónicos de Rafael Spregelburd y Daniel Araoz. El sarcasmo y la ironía son una constante que hacen de esta comedia negra un film imperdible. Nota: ¡Quedate hasta el final de los títulos con lápiz y papel en mano y no te pierdas la receta del escabeche!
Y por último, el domingo 29 de abril veremos “Querida, voy a comprar cigarrillos y vuelvo” (2011). La película va y viene en el tiempo. Cuenta la historia de Ernesto (un Emilio Disi que sorprende, cómo lo hizo Jim Carrey en “Eternal Sunshine of the Spotless Mind” contra todos los escépticos) que a través de un pacto con una persona con poderes sobrenaturales, un maligno indefinido (un soberbio Eusebio Poncela, ¡Cómo lo queremos!) tiene la posibilidad de viajar a su propio pasado y vivir de nuevo diferentes momentos de su vida pero con la consciencia actual de un hombre entrado en años. La propuesta es extraña, pero el millón de dólares que le ofrece a cambio termina por convencerlo.
La película está basada en un cuento inédito del escritor Alberto Laiseca, que también oficia de narrador en off. Y no tan off cuando lo vemos en sus pequeñas apariciones reclamando lo que hubiese cambiado en la versión cinematográfica de su relato o contándonos lo que considere apropiado agregar sobre “Ernestito”, su mediocre protagonista.
El film se burla de la mediocridad, haciendo especial hincapié en el clásico espécimen argentino que teniendo la posibilidad de remediar su pasado sólo se desvive por salvarse, tener éxito económico y trascender banalmente.
¿Qué vas a hacer entonces los domingos de abril? Burlate de la abulia dominguera y apuntate en esta más que interesante propuesta.
Y para ir calentando los motores, les dejamos un regalito extra: El mediometraje “La última frontera” (2011), de nuestro trío tan querido. ¡Que lo disfruten!