¿ELOGIO AL PODER DE FOUCAULT EN LA TV DE HOY?

A veces el zapping nos hace derivar en análisis. 

Un análisis que uno no tiene ganas de hacer. 

Porque el hecho de ver TV reside en el placer de ver. 

Para analizar nos ponemos a leer un libro o a ver otro tipo de programas. 

No una ficción. 

Pero es inevitable. 

Uno va zapeando entre canales y se encuentra con construcciones muy disímiles entre sí pero con un mismo vector. 

TODOS HABLAN DEL PODER. 

Y durante estas semanas pude disfrutar, si ese es el término, de dos productos parecidos pero diferentes entre sí. 

Y los dos hacen referencia a lo que Michel Foucault denominaba PODER en cada una de sus acepciones. 

PODER como microbiología. PODER que atraviesa de manera reticular todos los órdenes de la vida. 

El concepto de poder que maneja Foucalt, proviene de varios términos del latín como possum/potes/potui/posee. Todos ellos hacen referencia a “ser capaz y tener fuerza para algo” pero también refieren a “potestad/potencia/poderío y a tener influencia y ser capaz para ejercer presión sobre otros”. 

Mientras por acá estamos viendo como una vieja estrella del cine y la tv regresa con un papel hecho a su medida (la vieja poderosa, o, Mirtha Legrand en “LA DUEÑA”, Argentina 2012), USA produce “BOSS” (USA, 2011) con el viejo protagonista de las sitcoms “Cheers” y “Fraisier” Kelsey Gramer ahora en plan alcalde de Chicago, la tercera ciudad en cantidad de habitantes de EE.UU detrás de Nueva York y Los Angeles. 

Ambas tratan de cómo el poder atraviesa por un lado una empresa de cosméticos y por el otro una gobernación o alcaldía. 

Mientras que en la empresa “Femina”, que regentea la Chiqui, la mayoría de sus empleados son Familiares, en la alcaldía de Chicago que dirige Tom Kane todos son empleados que han llegado con estudios y por derecha. 

Excepto Kane, quien gracias a que se casó con la hija del antiguo alcalde (hoy con alzheimer) terminó en ese puesto. 

En “La Dueña” la historia gira en torno a un supuesto atentando contra Sofia Ponti (Mirtha), la poderosa (en los afiches, no por nada hay uno en el que está en la misma posición que Glen Cloose en Damages, pero muy suave y dócil en la tira) y su familia, en “BOSS” la enfermedad irreversible del protagonista y el destape de casos de corrupción y manipulación (emblemático el capítulo en el que muestran como se contruyen una mentira sobre la sexualidad de uno de los candidatos) en medio de la carrera por las primarias alimentan los 10 capítulos de su primera temporada. 

El poder nos atraviesa y en el fondo hasta el más poderoso con los máximos recursos económicos y contactos no pueden revertir cuestiones básicas como la muerte de un hijo, el alejamiento de una hija o una enfermedad incurable. 

“La Dueña” cuenta con actuaciones secundarias creíbles dentro de lo que un guión básico y con palabras fuera de época ofrece. “Boss” brinda lecciones de actuación en cada uno de sus capítulos sostenido en un guión construido en frases hechas y trilladas y lecciones de ontología política. 

Planos generales y juegos de cámaras (en pesadillas o momentos de locura de Teresa–Claudia Lapacó-) arman “La Dueña”. 

“Boss” es narrado con planos detalles (una ceja, una mano, cuerpos sudados) y supinas, acompañado de ralentíes y música clásica. 

No por nada en una está detrás Ignacio Viale (nieto de Mirtha Legrand) y en la otra Gus Van Sant. 

Elijan de qué lado del poder quieren estar. 

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PARECIDAS O COPIA?