¿Hay algo más triste que un circo?
Hay algo más triste que un payaso.
Existen varios tipos de payasos.
Pero hay una película que nos habla de dos.
El Feliz y el Triste.
No importa con cuál uno se ría más.
Lo seguro es que con alguno nos podemos identificar. Y principalmente con el amor que sienten.
En “Balada Triste de Trompeta” (España 2010) de Alex De la Iglesia, el payaso triste siente el amor erótico. Desenfrenado. Sexual. Pulsional. Salvaje. Su Dogma es el “Porque te quiero te pego”.
El payaso feliz en cambio siente el amor comprensivo. Sensible. Asexuado. Comprensivo.
Natalia, una acróbata, es el objeto de este amor, y mientras Feliz (Sergio) domina el circo y a su amada, Triste (Javier) busca su lugar en el mundo, luego de verse obligado a cumplir con el mandato de ser payaso. Esta directriz es un legado de su padre (participación breve, pero intensa de Santiago Segura).
Lucha de poderes en medio de la España del fin de Franco. Aquella que en las melodías ingenuas de “Balada Triste de Trompeta” de Raphael, o en “Tengo el corazón Contento” de Marisol (original de Palito “EL SALVADOR” Ortega) la B.S.O menos pensada.
A lo largo del film, los escenarios y características de los personajes se van mutando.
El Circo deja lugar al Cabaret, en donde Natalia explota.
El payaso triste cambia en el payaso cara de ácido Rambo, post delirio y desfiguración de Feliz.
Un amor.
Un trío.
¿Es posible que una mujer ame a dos hombres?
¿Es posible que una sociedad retrógrada logre abrirse?
De esto nos habla De la Iglesia, quien recupera sus registros más audaces de los tiempos de “Acción Mutante”(España 1993) o “El día de la Bestia”(España 1995).
Se la ama o se la odia.
Decidan ustedes dónde se ubicarán.
“Balada Triste de Trompeta” finalmente se estrena en Argentina el 2 de junio.
Dirección y Guión: Alex de la Iglesia. Duración: 107 minutos. Intérpretes: Carlos Areces, Carolina Bang, Antonio de la Torre, Sancho Gracias, Manuel Tejada.
Por Rolando Gallego