Entrevista a María Ezquiaga

Un jardín intacto


“De los cuidados de mi jardín, éste es el más especial, no quiero verlo morir, pero por languidecer, esto podría ocurrir…”, con el paso del tiempo, este jardín que ya lleva más de cinco años de vida se mantiene inalterado como el primer día, a fuerza de los cuidados que su creadora, María Ezquiaga, le otorga diariamente.Si bien el jardín pasó por cambios y amalgamas de sus componentes, la perseverancia de María provocó que su proyecto Rosal, continuara creciendo.


Desde aquel momento en el cual se encontró desorientada por el alejamiento de uno de sus músicos, hasta llegar a la actual consolidación del grupo, produjeron tres discos y se presentaron en cientos de shows, en los más variados escenarios locales.

Durante todo el mes de julio, el cuidado intensivo del jardín se trasladó a San Telmo, donde la agrupación demostró en cada presentación, y en formato acústico, por qué esa esencia que nació en Educación sentimental, permanece intacta.

Antes de velar por la seguridad de su jardín María había comenzado a estudiar canto a los 13 años, y a los 15 guitarra: “No se me ocurría que me iba a dedicar a la música”.

Tras sus primeras composiciones, que más que todo eran “ensayos sobre la vida” (como ella misma los definió) y tras componer su primer tema a los 17 años, formó su primer grupo en el que producía sus propias letras: “Canté un cover y uno de los chicos me dijo, tenés que hacer los temas vos”. Y así empezó todo.

- ¿Tu familia te influenciaba con el tema de la música?
Mi hermana más chica cantaba en un coro. Cuando era chica yo también había ido a danza... Me gustaba, pero tampoco me gustaba el rock, me copaba con la música, pero con cualquier gansada. No era como esos adolescentes que conocen el rock. En mi casa se escuchaban buenos discos, eso es verdad. Pero el colegio al que iba era un colegio de mujeres, como católico. Entonces a mí no me daba decir que me gustaba Charly García o algo así porque era como que era una grasada Charly. Igual lo que a ellas les parecía que estaba bien era Perales. Era medio raro todo a esa edad, la adolescencia. Pero a mí me gustaba cantar y cuando me fui una vez de vacaciones, conocí unos chicos que tocaban la guitarra y me fasciné con la guitarra. Me gustaba todo lo relacionado con la música.

- ¿No componías?
Escribía como ensayos sobre la vida jaja. Y a componer empecé a los 17 que hice un tema pero no me acuerdo cómo era. Lo hice con lo que había aprendido de guitarra y era alguna reflexión sobre la vida seguro. Después a los 17, por esa misma época, un día que salimos con mi amiga del colegio a la calle había unos pibes tocando la guitarra y nos pusimos a hablar. Algo que debería ser normal pero sólo pasa en la adolescencia. Se pierden los ideales, jaja. Ellos conocían a otros chicos que querían hacer un grupo, de rock blues, una cosa así. Llegué, canté un cover, uno que le gustaba a ellos -que les gustaba mucho Led Zepellin- y ahí hicimos el grupo ese y me dijeron: tenés que hacer los temas vos. Y como yo quería tanto estar en un grupo les dije que sí. Entonces, ellos venían con una base, con una melodía y yo les ponía letra. O nos juntábamos con el guitarrista y hacíamos los temas.

-Un poco por obligación empezaste a componer…
Había hecho algunos temas yo antes. Pero, me decían: si estás en una banda, tenés que componer. Entonces yo hacía los temas. Mi hermana, que es la que me dice cuando algo está bueno o no, por ahí en esa época me decía: esto está bueno. Entonces me daba cierta confianza. Tuve otros grupos y después lo conocí a Pángaro. En el medio siempre tenía otros grupos cuando tocaba con él. Y él me re incentivaba. Me decía: está bueno esto que escribiste. Tuve un proyecto que se llamaba Femirama en el que él hacía las programaciones de algunos temas. La mujer de Pángaro, Adriana (corista de Baccarat) también me incentivaba. Entonces empecé a tener más confianza. Y después me lo impuse, hacer todo el tiempo temas. Porque es como que se concreta algo: una idea que tenés se concreta.

-¿De qué se trató el ciclo que realizaron todos los domingos de julio en el Bar el Nacional?
Lo que tuvo de diferente el ciclo es que estuvimos con el formato de las guitarras acústicas que fueron el eje del segundo disco, Rosal, y es un formato que nos permite volver a algo mucho más puro. Es trabajar con lo mínimo: las dos guitarras y la voz. Hoy tenía el ukelele en dos temas, pero lo básico son las dos guitarras y también está el sonidista, Gabo, que fue un integrante más, que es el que nos acompaña en todos los shows y nos conoce. Y gracias a él es el sonido del grupo. Como habíamos tocado en algunos lugares grandes tratamos de equilibrar un poco. Además, a mí me encanta tocar en lugares chicos. A mí particularmente, no es que hablo por toda la banda porque quizás a otros le parece diferente. A mí me gusta más porque siento que me concentro en cantar y ya está. Por ahí porque no estoy tan acostumbrada a shows grandes. Por ejemplo, una Trastienda, que tampoco es tan grande pero todavía no me adapté a ese lugar. En el lugar donde mejor me siento es en El Nacional, en No Avestruz...

-También se crea un ambiente más íntimo...
Claro, eso está buenísimo.

-En el ciclo tocaron Mi jardín, un tema del primer disco que no tocaban mucho, ¿por qué lo incluyeron?
De ese tema antes yo no quería saber nada. Porque no sé por qué me parecía como muy bajón tocarlo. Me parecía muy down. Me pasa con muchos temas míos.

-Hay otros que son más down que éste…
Sí, pero no sé por qué me daba algo que me tiraba para atrás. Y en otro momento los chicos me insistieron para que lo toquemos. Y yo decía que no, pero me convencieron. Y cuando lo empezamos a tocar dije: Está bueno. Es como que me hace bien el tema. No siento que me tira para abajo.

-¿Y el cover que hicieron de Fito Páez cómo lo eligieron?
La otra vez habíamos hecho uno de Spinetta y yo le había pedido a Martín que me saque uno. Porque él cualquier tema de rock nacional en la guitarra lo sabe. A veces le pido que me pase acordes, y me enseñó éste, Cacería. Me pasa a veces que me encanta el tema, lo canto yo y no me pega. Pero en éste sentía que mi voz quedaba bien.

-Hay muchos temas tuyos que parecen que te sentiste mal y escribiste lo que sentías en el momento…
Sí, hay mucho de eso. De sentirme mal y hacerlo entero. Pero eso me pasaba más antes, ahora no tanto. Ahora compongo con una amiga, Guadalupe, por ahí escribimos las dos o ella escribe y yo le pongo música y salgo un poco de la cosa tan personal. Igual todos los temas guardan algo personal y también tienen algo no personal, en ese sentido de que pasa por muchos procesos: llevarlo a la banda, arreglarlo… Pero obviamente sigue siendo algo tuyo, por eso a mí me pasa con algunos temas que en determinados momentos no los quiero tocar porque es muy personal. Pero el hecho de estar en un grupo hace que vaya más allá de lo que me pasa a mí o lo que hice yo…

- ¿Te imaginás como solista?
No justamente por eso, porque me gusta este trabajo, despersonalizar algo, que se convierta en algo grupal, me gusta eso, se enriquece. Por ahora no me veo en esa situación.

- En una entrevista leíamos que te gustaba dirigir en el grupo, cuando recién se había formado, sin embargo ahora no es necesario…
No, porque ahora está muy clara la línea de trabajo, siempre en los grupos los roles se ajustan todo el tiempo y cada uno tiene claro cuál es su lugar. Entonces hay una tendencia a que a veces pase algo, todos tienen su visión de cómo son las cosas pero saben el rol que cuentan… Por ahí Mauro (el tecladista), Martín (guitarrista) y Juan (baterista) también escriben sus temas, pero en sus propios proyectos. En este grupo, los temas los hago yo, no porque sea la mejor. Sino porque es así este grupo.

- Si bien el próximo disco no está próximo a salir, ya presentaron en vivo algunos temas, que parecen más alegres como La Reina de la noche, ¿Va a tener toda esa tónica el nuevo disco?
No te ilusiones jajaja. La reina de la noche en realidad tiene una letra medio dark si te ponés a pensar, pero también va a entrar otro tema que estuvimos presentando en el Nacional, que es alegre en realidad, pero es más complejo en el sentido de que lleva más arreglos, no es tan pop como Su Majestad. Lo que pasa es que hay muchos temas y hay que seleccionar. Va a ser un disco más largo.

- ¿Qué es lo que cambia en la transición de pasar de un trío a un sexteto cómo ahora?
Del primer disco al segundo, cambió la agrupación, no me quedó otra. En ese momento se fue el baterista y Julieta, que es diseñadora gráfica, estaba muy metida en su trabajo, con su estudio… entonces ahí conocí a Ezequiel y Martín, y empezamos a armar el grupo desde otro lado, volvimos al bajo y todo lo demás. Después del primer disco me quede media parada y de hecho tuve unas transiciones hasta que volví a armar el grupo y a encontrar algo que fuese interesante, en ocasiones no encontraba y me angustiaba en esa época… Tocaba y veía que no funcionaba y me desesperaba.

- ¿Cómo llegó “Bombón” a estar en la publicidad de Bon o Bon?
El tema fue que desde que firmamos con Pop Art hasta ahora, el negocio cambió mucho, y no alcanza únicamente con vender discos. Ellos te piden que cedas un 25% de tu ganancia, cuando firmás el contrato. Entonces, desde la discográfica dijeron: esto es buenísimo para la propaganda. Que en realidad, todo el mundo me decía que quedaba bien. Mi hermano me dijo que él fue el primero, y una amiga también. Pero hay que tener el contacto para hacerlo.

- ¿Estás contenta con el resultado?
No voy a decir que no está bueno o está bueno. A mí no me gustan las canciones en las propagandas pero me parece que en ésta queda bien. No es mi ideal, es una cosa que me genera una contradicción. Pero está bueno porque podés pagar las cuentas jaja. Es re difícil vivir de la música.

- ¿Lo extramusical cómo lo experimentás?
Las entrevistas bien, no me resulta difícil contestarles, hay momentos que mando cualquiera porque me preguntan cualquiera a veces. Además, yo tengo la tendencia a irme por las ramas y a veces tampoco me adecuo mucho a dónde va a salir. Si me hacen una pregunta que va a salir en MTV, que van a pasar un segundo de lo que dijiste, no podés extenderte mucho e irte del tema porque si vos le das menos posibilidad de que te corten mejor. Yo no soy re complicada pero tampoco soy muy fácil de comunicarme con la gente. Soy insegura, por eso hago música. Eso me pasa en todo, en el escenario o cuando viene mucha gente. Para mí cinco personas que me dicen cosas hacen que me quede media parada… No me gustaría que se me suba el ego a ese nivel horrible ni dejarme llevar por eso, pero hay momentos que me noto medio egocéntrica. Después de que alguien te habla mucho es inevitable, te la creés un poco y no da.

- ¿Creés que Rosal está en un momento de consolidación?
Sí, pero igual todo se va moviendo todo el tiempo. Me doy cuenta de que es un momento de consolidación porque no estoy desesperada, porque sino me agarraría un ataque. Noto que va a para adelante y no está estancado, fluye. Cuando algo no va me propongo decirlo, trato de no quedarme dormida.


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Por Celeste Lera y Yanina Fuggetta

Fotos: Marilyn